Terminada la temporada 2006-2007, el Amoeiro Club de Fútbol, equipo de Segunda Regional, va a desaparecer oficialmente. Un grupo de aficionados empieza a ponerse manos a la obra para que no desaparezca su equipo. Consiguen inscribir al equipo en la categoría el mismo día en el que termina el plazo oficial. Ese mismo día queda designado José Ángel Cid como presidente del club.

Durante la tradicional cena que celebra el club con su plantilla, el presidente, José Ángel Cid, hace su propuesta para conseguir fondos: quiere hacer un sorteo a lo grande, quiere sortear un coche. Pretende dividir el campo de Penafita en 6.000 parcelas idénticas. Y después soltar una vaca. El poseedor de la parcela en la que defeque la vaca será el ganador del coche.

La idea es acogida con estupor y risas por los miembros de la plantilla. El propio José Ángel es quien advierte de los peligros que supone esta iniciativa: si no les sale bien, se van a reír de ellos en todos los campos de  Segunda.

Medios de comunicación de toda España se interesan por la iniciativa, y hasta una empresa de apuestas irlandesa pretende dar la opción de que sus usuarios acierten donde va a defecar la vaca.